Puente hacia la
jubilación
La lanzadora de peso gijonesa Martina
de la Puente repasa su carrera deportiva de 25 años tras su
reciente retirada

Oviedo, J. I. CASTAÑÓN
Martina de La Puente Piñera tenía 10 años cuando en el colegio
gijonés de Los Campos probó a hacer atletismo. Aquella
experiencia constituyó el inicio de una fecunda carrera
deportiva en el lanzamiento de peso, salpicada de dos récords
españoles (17,94 metros en pista cubierta y 18,17 metros al aire
libre, 14 títulos nacionales, infinidad de medallas y, cómo no,
muchos recuerdos. Hace un par de semanas, con motivo de la Gala
de la Federación de Atletismo Asturiana celebrada en el Teatro
Filarmónica de Oviedo en la que recibió un homenaje por su
reciente adiós en el Nacional de atletismo, repasó con LA NUEVA
ESPAÑA su fecunda carrera deportiva. Una carrera que se detuvo
en julio en Avilés.
«Aquel día me lo pasé llorando. Primero me colgaron un video en
internet los niños de las escuelas deportivas del Valencia y
luego continué en la pista con el detalle que tuvieron mis
compañeras regalándome una camiseta («Sin ti no será lo mismo»
decía)» cuenta Martina, que echa la vista hacia atrás y habla de
sus primeros entrenadores, Carpena, David Méndez y Ovies, que
fue con quien más horas compartió hasta que los estudios de
INEF(es licenciada en Educación Física) forzaron a Martina a
trasladarse a León en septiembre de 1993. A llí, de la mano de
Carlos Burón acabó metiendose de lleno en la élite nacional.
«Había un gran grupo de lanzadores, y disponíamos de mejores
instalaciones que en Gijón», comenta antes de añadir que en
aquella época las cosas eran diferentes. «No es lo mismo
entrenar y exprimirte con 15 o 16 años que con 24». De esos
tiempos recuerda el pique, que con ella no iba, de la que fuera
reina nacional de la especialidad de peso Margarita Ramos y su
expreparador Burón. «Había mucha tensión. Habían roto tras
muchos años juntos entrenando y cuando la ganaba Carlos se
llevaba un alegrón». En 25 años hay buenos momentos. «Sin duda
el mejor cuando competí en los Juegos Olímpicos de Sidney. Ver
el estadio lleno y darte cuenta que estás viviendo el sueño que
has tenido de niña» , y malos «sin duda las lesiones. En mi caso
las peores las tuve en la espalda, concretamente una hernia
discal que me dejó tumbada en la cama». Martina reconoce que «el
atletismo me ha formado como persona» y que ningún atleta le ha
dejado una huella especial. «No quiero personalizar en ninguno
porque he visto cosas de grandes y menos grandes que me han
impresionado, aunque está claro que he visto y compartido más
con mis compañeros de entrenamiento y selección que con otros
menos conocidos». Atletas que han hecho historia en la
especialidad como Manolo Martínez o Mario Pestano.
La atleta no se muestra especialmente dolida, sino resignada,
por el carácter secundario de los lanzamientos dentro del
atletismo: «Es un asunto de cultura y formación deportiva. Es
mucho más fácil seguir una carrera que una serie de lanzamientos
y eso hasta se refleja en las retransmisiones deportivas». Para
Martina el patito feo de este deporte no sólo es el sector de
los lanzamientos, sino que se extiende a la marcha. «He visto a
muchos atletas rajar contra la marcha pidiendo que la eliminen y
cuando sacan una medalla nos descolgamos con un ¡Viva la
marcha!».
La lanzadora de peso ha plantado en Asturias una semilla en
forma de medallas y, a día de hoy, una pléyade de lanzadoras del
Principado son medallistas en categorías menores o absoluta. «No
creo que sea por condiciones de las nuestras, sino más bien
producto de la ilusión y labor de unos buenos técnicos como
Rosal, Ovies, el recientemente fallecido Presas, Lafuente o los
del Náutico de Carreño. Lo cierto es que el hecho de que
estuviéramos tres asturianas en los últimos nacionales es algo
que me hizo especial ilusión», destaca.
Martina reside en Valencia desde hace cuatro años. «Me
ofrecieron unas mejores condiciones laborales para entrenar en
escuelas deportivas como venía haciendo en Gijón, y allí estoy
muy a gusto con el Valencia Terra i Mar. Soy la secretaria del
club y ya estamos sacando nuestros medallistas», señala. Sobre
el espinoso tema del dopaje, desgraciadamente siempre de
actualidad, es tajante. «Estoy totalmente en contra por muchas
razones, entre ellas, la salud. Lo que yo he conseguido está
hecho con mis propias fuerzas y no he caído en esas tentaciones.
Me he quedado en una atleta que ganaba nacionales y que iba
competiciones internacionales y más o menos me he ganado la vida
relativamente bien con ésto. Estoy satisfecha». ¿Reconsiderará
su retirada? «Lo tengo claro. Son muchos años y he perdido
motivación, alicientes. Para evitar caer en la tentación he
prometido no sacar la licencia el año que viene» desvela, aunque
matiza. «A largo plazo quizá compita con los veteranos, pero
dentro de unos años y nada serio para matar el gusanillo». Aviso
a navegantes: Martina obtuvo tres oros en el Nacional de
veteranos de 2010.